El dato surge del encuentro anual de la Fundación ProTejer, entidad que agrupa a empresas de la cadena textil.
Su presidente, Jorge Sorabilla, destacó que la demanda cayó 20 por ciento en 2016, con importaciones que crecieron 15%, provocando un derrumbe en la producción del 25 por ciento.
Los textiles se quejaron además de la presión impositiva, los costos financieros y laborales, la litigiosidad y la falta de infraestructura.
Señalaron que la aceleración inflacionaria y el aumento del desempleo generaron 75 mil toneladas menos que el año pasado, vendidas desde ese sector de la industria.
En tanto 25.700 toneladas más de productos importados, ingresaron al país, según el cálculo de ProTejer.
En julio las importaciones textiles bajaron 5 por ciento, en agosto subieron 14 y en septiembre, 9 por ciento. Según Sorabilla “La prenda terminada, es el producto de preferencia a la hora de importar y lo que más daño produce. Los supermercados subieron sus importaciones 51% y los mayoristas, 47%.
Ariel Schale, director ejecutivo de la entidad, explicó que el peso de la industria en el precio final de la ropa de marca premium es de apenas el 20 por ciento. Los bancos se llevan un 15 % del precio final, los alquileres y shoppings, 14,9%.
El dirigente resaltó que los alquileres en Buenos Aires pesan entre 14 y 17% del precio final de la ropa de marca, frente a un 3-4 % en Miami, 9-11% en Río de Janeiro, 7-8% en Madrid, 8-11% en Londres y 7-10% en México DF.
